Paseo por la red con todas las luces del cuarto apagadas. No quiero que mi cuerpo haga sombras; no quiero verme de pronto en un espejo, recortada sobre las paredes blancas. Tengo las ventanas de doble hoja bien cerradas, y las cortinas, de pana marrón y hule gris, corridas, superpuestas. Si entra un hilo de luz necesitaré salir a enfrentarme con el día. Y tengo demasiado miedo como para hacerlo.
Paseo por la red de bloggs y sólo encuentro familias. Familias de familiares, familias de amigos. Se citan para verse, me cuentan sus encuentros, se tratan con verdadero cariño. Son hermanos, cuñados, compatriotas, vecinos, compañeros de estudios o de juegos. Por suerte todavía no encontré ningún "rincón de los amantes". Seguramente no podría soportarlo.
Me atreví a entrar a varios de esos blogs e inclusive dejé mi comentario en alguno de ellos. Mujeres rubias recortadas sobre un fondo de libros: periodistas, dibujantes, bordadoras; hombres con profesiones creativas y muchísimo talento. Poetas y Escritores.
Les confieso una mentira que ni siquiera lo es: en mi perfil he puesto dieciocho años cuando en realidad tengo casi cuatro más. Me equivoqué al hacerlo y ahora no sé como enmendar ese primer error. La Mujer que Todo lo Sabe diría que fue un lapsus, un acto fallido, un deslizamiento. El Monstruo se reiría de mí. A carcajadas, con su amplia y bien dibujada boca bien abierta.
No sé si podré aguantarlo. ¿Hay algún remedio que me ayude a superar el mono de sus manos?
1 comentario:
Hola, me encantó llegar aqui, voy a leer todo con detenimiento. bso.
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